Las fusiones y adquisiciones en el sector de la electricidad ascendieron a 293 millones de dólares en 2016, una cantidad récord y un 47% más alto que en 2015, según una encuesta realizada por PricewaterhouseCoopers (PwC).
La expectativa en 2017, es de un crecimiento continuo. De acuerdo con Arthur Ramos, socio de PwC Brasil experto en el sector de la energía, Brasil destacará en este escenario con la compra de un billón de dólares de CPFL por Red Estatal de China, y otras operaciones esperadas, tales como la privatización de las empresas distribuidoras de Eletrobras.
Hay muchos activos a la venta en el sector eléctrico brasileño y la consolidación «es algo probable» liderado por aquellas empresas más estructuradas.
En el informe global de PwC, las fusiones y adquisiciones en 2016, supusieron 148,7 millones de dólares en el sector de la energía, lo cual incluye los activos de transporte, la distribución y la generación convencional. La cantidad representa un incremento del 77% con respecto a 2015. En el ámbito de los activos de gas fueron 106 mil millones, ganando un 77,3%. Y en el área de las energías renovables, 38 mil millones de dólares, con un incremento del 31,3%.
América del Norte lideró las operaciones, con el 57% del volumen total negocio. La región de Asia y el Pacífico, quedó en segundo lugar con un 18%, seguido de Europa con un 17%. El grupo de América Latina, Oriente Medio y África ascendió a sólo el 8% del total.
La expectativa es que el volumen de transacciones continuará creciendo. Por supuesto, en los Estados Unidos existe se espera que Donald Trump lleve a cabo un proceso en la industria del petróleo, el gas y el carbón.
Brasil terminó por no presentar en el informe de 2016 cómo las mayores operaciones del sector eléctrico no se habían completado en ese año. La compra de CPFL, por ejemplo, sólo se implementó en enero.
El gran número de oportunidades de inversión en el país, junto con la recuperación prevista de la economía, debería dar lugar a un alto volumen de transacciones este año.
Las incertidumbres políticas no deberían afectar a esta expectativa. El inversor se fija más en los fundamentos económicos que en la situación política a corto plazo, siempre que el sector eléctrico ofrezca contratos con buenos rendimientos y fundamentos.
Fuente: Jornal Valor Económico