Los últimos meses en Portugal han sido de bastante prisa y apuro. En resumen, los últimos acontecimientos que han tenido lugar han sido:

►► Elecciones regulares al Parlamento y Gobierno en octubre.
►► No aprobación del paquete con las grandes líneas de actuación del Gobierno y como resultado, fin del Gobierno en noviembre.
►► Nombramiento del nuevo Gobierno en el mismo mes de noviembre.

Estas situaciones han puesto al país en una situación de expectativa, ya que, por ejemplo, Portugal no va a tener un presupuesto del Estado para 1 de enero de 2016. Esto significa que aún no se conocen los cambios fiscales que pueden tener (o no) impacto en 2016. Sin embargo, algunas situaciones ya son conocidas por el gran público:

►► Los empleados del Estado van a seguir manteniendo la recepción de las pagas extra de verano y Navidad en doceavas. Aquellos empleados pertenecientes a sociedades del sector privado tienen la opción de recibir las pagas de esta misma forma o, por el contrario, en pagos únicos.
►► Puede tener lugar un incremento del salario mínimo mensual de 505 Euros a 530 Euros (con el objetivo de un incremento final a 600 Euros hasta 2019).
►► Queda por confirmar si, en 2016, la tasa de Impuesto de Sociedades (IS) tendrá o no una reducción del 21% a 19%, tal como estaba previsto al inicio del año con la reforma de la ley de IS en 2014.
►► Si no hay cualquier cambio hasta final del año, la deducción en IS de los gastos netos de financiación tiene un máximo de 40% del EBITDA o de 1.000.000 de Euros.

Podrían ser identificadas otras situaciones similares, pero su resultado sería similar, es decir, indefinición.

Desde una perspectiva de la contabilidad local y teniendo en cuenta el cierre del año, es importante identificar algún posible impacto en las cuentas de situaciones que originen impuestos diferidos (activo o pasivo). Para estos, la única tasa ya aprobada es de 21%, y debería ser utilizada.